lunes, 28 de mayo de 2018

ACTIVIDAD 2 - TEXTOS FOLCLÓRICOS

¡Muy buenas!

Me alegra poder publicar este trabajo. Una entrada para la que he tenido que sumergirme en la literatura folclórica, confirmando qué desconocida era para mí a pesar de contar con tantísimos títulos.

La actividad propuesta para profundizar en este tema ha consistido en elegir tres textos folclóricos y explicar cómo trabajaría cada uno de ellos en un curso determinado de Educación Infantil.

Los requisitos básicos a cumplir eran que los textos fuesen realmente folclóricos y versiones de calidad, no textos populares ni adaptaciones realizadas sin criterio. Además, su utilización en el aula debía ser, como hemos visto en el bloque, verdaderamente literario, evitando interpretaciones adultas y la moralización paraliteraria.

Como punto de inicio, comenzaré con una reflexión sobre la importancia de utilizar el folclore en el aula. A continuación, pasaré a desarrollar la actividad, terminando con mis conclusiones.


REFLEXIÓN INICIAL:

LA IMPORTANCIA DE UTILIZAR EL FOLCLORE EN EL AULA DE INFANTIL


Los textos folclóricos son textos que no tienen autor identificado, surgieron en algún momento del pasado por una historia real o mitológica, pasando de boca en boca año tras año, siglo tras siglo, de manera que se han ido modificando, convirtiéndose cada persona que lo ha contado en parte de la autoría del libro.

De ahí que las tres características fundamentales del folclore sean el anonimato, la oralidad y la multiplicidad de variantes.

Estamos por tanto ante textos de gran importancia histórica, pues en gran parte la historia de la humanidad se ha construido gracias a la transmisión oral.

Entre los principales recopiladores y adaptadores de textos folclóricos se encuentran los hermanos Grimm, Perrault y Andersen. Los hermanos Grimm son los más fieles de todos. En el caso de Perrault vemos cómo mete moraleja a las historias y los de Andersen acaban mal.

Como he podido comprobar con la elaboración de este trabajo, las historias que nos cuentan los textos folclóricos no eran para nada cuentos infantiles, los infantilizó Disney, por lo que no debemos aspirar en ningún momento a que los niños de infantil se identifiquen con sus personajes. Son textos para disfrutar y divertirse.

Por otra parte, es importante tener en cuenta que existen diversos tipos de textos folclóricos con estrecha relación con la literatura: canciones, retahílas, leyendas, romances, fábulas, trabalenguas, cuentos… Unos textos que se clasifican como:

- Textos en verso: para recitar, cantar, jugar…

- Textos en prosa: cuento, mito, fábula o leyenda.

Hecha esta breve introducción, destacar la importancia de utilizar el folclore en el aula de infantil. Introducir la literatura oral tradicional a la escuela supone hacer que el niño viva la palabra que ha perdurado durante generaciones, que disfrute de la afectividad de la comunicación de tú a tú, incorporándolo a su propia cultura u otras.

Los textos folclóricos nos brindan la posibilidad de transmitir la herencia que nos llega del pasado y que se ha transmitido oralmente durante años.

De ahí la importancia de mantener su esencia, de contar y cantar los textos folclóricos, no leerlos, conservando su oralidad.

Estos textos, además de ofrecernos múltiples posibilidades didácticas, despiertan de manera especial el interés de los niños, su motivación intrínseca, siendo una herramienta maravillosa para introducir al niño en su cultura y en la literatura de la mano del disfrute y la diversión.


TEXTO FOLCLÓRICO 1: EL CORRO DE LA PATATA

He querido empezar con un texto folclórico al que tengo muchísimo cariño, el corro de la patata.

Este juego me encanta, he disfrutado muchísimo compartiéndolo a lo largo de mi vida con mayores y pequeños, con mis padres y ahora con mis hijos y otros niños. Resulta mágico saber que mis padres jugaban, mis abuelos también y quién sabe cuántas generaciones atrás. Un juego con el que mis hijos han crecido, disfrutando todas y cada una de las veces, generando un clima de acercamiento, risas y afectividad que para mí tiene un valor incalculable en el desarrollo de los niños.

En mis dos oportunidades de prácticas en escuelas he jugado con los niños al corro de la patata, confirmándose las mismas experiencias.

Un juego que los niños disfrutan desde que pueden mantenerse en pie por sí mismos hasta muchos años después, incluso pasada la etapa de Educación Infantil.


 En este juego, todos los niños se cogen de la mano formando un círculo, comienzan a cantar la canción mientras giran sin soltarse de las manos. Al terminar la última frase, todos los niños se sientan de golpe en el suelo, siguiendo la letra, que dice lo siguiente:

Al corro de la patata, comeremos ensalada,
lo que comen los señores, naranjitas y limones.
¡Achupé! ¡Achupé! ¡Sentadito me quedé!

Se trata de un juego muy sencillo pero muy conocido. Estoy segura de que todos los que leáis alguna vez este post lo conoceréis. Personalmente conozco la versión que acabo de compartir, siendo ésta la versión más común, pero por lo que he podido saber a través de este trabajo, existen numerosas variantes dependiendo del lugar donde se juegue.

Siguiendo la clasificación temática de la poesía popular infantil del profesor Pedro Cerrillo, estamos ante una danza de corro, una canción de giros y movimientos.

Una poesía que clasificaría históricamente como tradicional, al no reconocerse personajes, lugares o hechos que nos permitan datarlas, lo que nos indicaría que es popular.

Este primer texto folclórico lo trabajaría en todos los cursos de infantil, en ambos ciclos, desde que los niños se mantienen en pie por sí mismos. Poniéndome en el caso de ser maestra en un centro escolar, por tanto, en el segundo ciclo de infantil, considero que la edad más adecuada es la de 3-4 años.

Una edad en la que los niños ya se manejan bien generalmente todos con el lenguaje, siendo verdaderas esponjas que aprenden más y más palabras cada día, ampliando exponencialmente su vocabulario. Una época en la que las canciones resultan muy enriquecedoras y motivadoras, ejercitando su memoria y despertando su ingenio y creatividad. A lo que este juego le añade el valor de hacerlo de manera participativa, fomentando el movimiento y ejercitando su motricidad en pleno desarrollo.

Los niños de primer curso del segundo ciclo de infantil entienden rápidamente el juego y se muestran muy participativos, disfrutando de sus palabras sencillas, su absurdo, su canción pegadiza y el momento de diversión compartida que supone el juego en sí, favoreciendo así su socialización y apertura al grupo, lo cual estoy segura será muy positivo para niños de este curso que se incorporan a la escuela provenientes de diferentes lugares y que, tras el periodo de adaptación, comienzan a dar sus primeros pasos en la relación con sus compañeros.

Sin duda, lo trabajaría como un juego, un juego compartido en el que, por supuesto participaría yo, disfrutando como una más. Un juego en el que podrían participar todos los que quisieran y que dejaría se desarrollase de manera natural, respetando el ritmo de los niños. Un juego en el que sería yo la que cantase, para favorecer esa cercanía, el tú a tú, y en el que seguramente contaría con el consiguiente acompañamiento de los niños.

Como podemos ver en este caso, los textos folclóricos en verso se han relacionado con el juego, la música y el movimiento corporal. Son textos para cantar, para recitar, para jugar.

La poesía oral introduce al niño en la palabra, el ritmo, en los símbolos, ejercita su motricidad y su memoria y despierta su ingenio.

Así, este texto folclórico en verso enlaza con el movimiento corporal y gestual y rítmico, a través de los juegos cantados de los niños. Poniendo de relieve aspectos expresivos. El niño disfruta con el juego de palabras, su sonoridad, sus rimas.

Además, el texto que he elegido es una clara representación de una de las características fundamentales de este tipo de texto folclórico, su absurdo argumental, que no sabemos si viene ya desde su origen o ha sido el resultado de la transmisión oral a lo largo del tiempo. Un disparate que da aún más juego y satisfacción a los niños.

Como hemos visto, por medio del folclore en verso el niño aprende a simbolizar, se introduce en las normas y reglas de socialización, recrea el lenguaje.

Sin duda, como maestros hemos de mantener vivo este cancionero infantil de toda la vida, de manera que siga iluminando aulas y recreos.


TEXTO FOLCLÓRICO 2: LA REINA DE LAS ABEJAS

Como segundo texto, he elegido un cuento que he conocido gracias a todas las lecturas que he realizado para desarrollar esta actividad y que estoy segura disfrutaré de compartir con mis alumnos, se llama “La reina de las abejas”

Lo he elegido por varios motivos. Me ha gustado mucho la historia y las aventuras que narra. Además, según lo iba leyendo me ha recordado experiencias vividas con mis hijos y algunos de mis sobrinos, unos apasionados de los insectos y otros sumamente temerosos.

Me ha encantado cómo el hermano pequeño respeta de manera incondicional a todos los seres de la naturaleza. Hecho que en esta historia se ve recompensado, recordándome la idea de que recoges lo que siembras.

Breve análisis del cuento

Se trata de un cuento folclórico que se desencadena por uno de los denominados motivos principales de los cuentos, en concreto se trata de los viajes y la búsqueda, ya que los hermanos salían en búsqueda de aventuras.

Motivo principal al que se añade otro, la presencia de un hermano más pequeño (principal protagonista) con la aparente debilidad que da ser el más joven, pero que posteriormente se contrarresta con su bondad, llegando a conseguir lo que no pudieron sus hermanos mayores.

Entre los personajes, destaca además la presencia de los animales mágicos, siendo en este caso animales que se comportan como seres de su especie y que ayudan al protagonista.

Así mismo, mencionar la presencia de uno de los arquetipos más frecuentes, el caso de príncipes y princesas, destacando en el texto esa típica belleza de las princesas.

Edad de los receptores

En mi opinión, contaría este cuento folclórico a los niños y niñas de un aula de 3-4 años, primer curso de segundo ciclo de infantil. Me he decantado por esta edad por varios motivos, aunque podría encajar en otros cursos de infantil también.

Así, he tenido en cuenta que a esa edad los niños pasan periodos de muchos miedos, unos miedos en los que, como he podido experimentar en niños muy cercanos, suele estar muy presente el miedo a los insectos. Creo que escuchar un cuentacuentos de esta historia les ayudará a normalizar su visión de los insectos. Además, el momento posterior de diálogo compartido tras el cuentacuentos, les puede brindar la oportunidad de escuchar las vivencias de sus compañeros, entre los que seguro hay muchos amantes de los insectos que nos pueden contar cómo les gusta observarles y lo interesantes que son, promoviendo ese aprendizaje entre iguales y el respeto a la naturaleza.

Además, el cuento pone de relieve los celos entre hermanos. Algo que creo puede encajar muy bien en ese curso, pues es uno de esos cursos en los que vemos muchas mamás embarazadas de su siguiente hijo, despertándose en los niños unos sentimientos de celos que no saben gestionar. 

Otro hecho que he considerado es que la historia acaba bien, algo que les encanta y que resulta muy apropiado por los temas que trata y que considero importantes para ellos en este momento de su desarrollo.

Cómo lo usaría en el aula

Esta historia la contaría como un cuentacuentos en uno de nuestros momentos diarios del cuento. Les narraré la historia que habré preparado bien previamente, sin mostrar ningún tipo de imagen, siendo los niños los que las generen en sus mentes, dejando volar su fantasía e imaginación.

El contenido de la historia lo mantendría prácticamente como está, porque creo que es completamente comprensible para ellos. Si bien es cierto, estoy segura de que lo acortaría y simplificaría las partes menos determinantes, como los detalles de la cena al llegar al castillo encantado y su encuentro con el hombrecillo de cabello gris. Así mismo, modificaría las burlas de los hermanos mayores hacia el pequeño, enfocándolas más hacia la diferencia de edad que a la diferencia de inteligencia como menciona el texto.

El texto en sí lo cambiaría completamente pues lo expresaría todo con mis palabras, modificando entre otras cosas los verbos propios del castellano antiguo y eliminando términos complicados para su edad (como vida disipada y licenciosa), de manera que el vocabulario sea comprensible para ellos. Aun así, como están en pleno momento de desarrollo de su vocabulario, introduciría algún término sencillo y adecuado para ellos que considere sea nuevo para ellos (como, por ejemplo, la expresión “como tres gotas de agua”).

Aprovecharía la aparición de las abejas y los patos para hacer sus correspondientes onomatopeyas.

Además, haría gestos (por ejemplo, quedándome como una estatua de piedra cuando los dos hermanos mayores fracasan en sus tareas), cambios de ritmo y alguna pausa de suspense, o pregunta sobre qué creen que va a pasar (por ejemplo, cuando se presentaron las hormigas ante el hermano pequeño), manteniendo su interés y motivándoles a dejar volar su imaginación.

Al finalizar, tendríamos nuestro momento de diálogo compartido en el que los niños hablan con libertad sobre sus emociones, lo que les ha parecido, los que les recuerda… Como siempre, tendré preparadas algunas preguntas. En este caso podrían ser:

¿Os ha gustado el cuento?
¿Qué es lo que más os ha gustado?
¿Qué haríais vosotros si os encontrarais un nido de hormigas?
¿Qué os parece la forma de actuar de los hermanos mayores?
¿Qué os parece que llamen al hermano pequeño “el bobo”?
¿Qué habéis aprendido de esta historia?


TEXTO FOLCLÓRICO 3: LOS MÚSICOS DE BREMA

Finalmente, después de leerme muchísimos textos folclóricos, no he podido evitar elegir un cuento que siempre me ha gustado, ¿por qué?... he querido detenerme a hacer memoria de mis sentimientos y emociones, lo cual siempre me ayuda a entender mejor a los niños. Probablemente este cuento me gustaba especialmente por un cúmulo de circunstancias. Por una parte, disfrutaba escuchando los sonidos de los animales y la música que me ponían de fondo (para mí la música es muy especial y recuerdo cómo me imaginaba a los animales tocando cada uno su instrumento en la banda que querían montar). Además, me parecía muy divertidó ver cómo los viejos animales echaban a los bandoleros y conseguían ser felices juntos en una nueva casa.

Es un cuento que me trae muchos recuerdos de mi infancia y actuales, compartidos con mis hijos a quienes les apasiona que les cuente cuentos, y éste es uno de ellos.

Además, es un cuento muy diferente al típico cuento de príncipes y princesas. Un hecho que para mí es muy importante, pues considero que hay que ofrecer gran variedad de cuentos a los niños y niñas, procurando no caer en el continuo de personajes estereotipados con roles de género (princesas delicadas, sumisas, obedientes, o desobedientes que son castigadas… príncipes valientes, cazadores intrépidos, padres protectores…) Algo en lo que considero que podemos hacer mucho como maestras, creando otras versiones de cuentos o nuevos cuentos, en los que podamos contribuir al desarrollo de los niños en igualdad de género. 

Estoy segura que éste será uno de los textos que disfrutaré muchísimo compartiéndolo con mis alumnos.

Breve análisis del cuento

En este texto folclórico se desencadena por un viaje, una huida de una serie de animales (un asno, un perro, un gato y un gallo) que buscan sortear su evidente e inminente destino en sus anteriores hogares y mejorar sus vidas, pasando de unas vidas de trabajo y dedicación, a una vida centrada en algo que les gusta, en este caso, la música. 

Los personajes principales son los cuatro animales, unos animales que hablan y se entienden entre ellos. Unos personajes que, aprovechando el momento mágico de la noche y haciendo piña entre ellos, consiguen deshacerse de “los malos”, esos bandoleros que sin comerlo ni beberlo se quedan sin casa, pero que al ser “los malos” nos hacen sentir reconfortados, pues ganan “los buenos” y, además, lo hacen de muy buenas maneras, sin violencia intencionada y trabajando en equipo.

Edad de los receptores

En este caso he decido elegir como edad de los receptores el tercer curso del segundo ciclo de infantil, es decir, niños y niñas de 5-6 años. Aunque, como siempre, creo que podría trabajarlo de formas diferentes en otras edades, disfrutando en todas ellas.

Creo que la historia es comprensible para ellos. A su edad ya pueden juzgar a los personajes, entender sus motivaciones y las relaciones entre las causas y consecuencias de las acciones.

Me he decantado por esta edad teniendo muy en cuenta el hecho de que me parece una edad muy adecuada para tratar las relaciones interpersonales, el compañerismo y el trabajo en equipo, pues es más o menos a partir de esa edad que empiezan a ser menos individualistas y a construir sus primeras relaciones interpersonales.

Aunque todavía no saben qué es la amistad y les queda tiempo para saberlo, creo que pueden entender perfectamente la historia y disfrutar mucho con ella.

Una historia que nos muestra el compañerismo entre los animales, su ayuda mutua, la aceptación de las diferencias, el trabajo en equipo, las decisiones consensuadas.

Además, incluye elementos muy presentes en las vidas de los niños, como el miedo que sienten los bandidos en la oscuridad ante lo desconocido, imaginándose cosas muy lejanas a la realidad como la presencia de fantasmas, brujas y monstruos.

Una historia muy divertida y con final feliz, en la que todo sucede de una manera muy inocente, sin violencia ni agresividad intencionada.

Cómo lo usaría en el aula

Como es propio de los textos folclóricos, esta historia la contaría a través de un cuentacuentos. Un cuentacuentos que prepararía previamente, como siempre, pero, en esta ocasión, me encantaría preparar de manera que la música tuviese un papel muy importante. Así, prepararía una música de ambiente que acompañase mi narración y llevaría instrumentos musicales al aula para que los niños pudiesen tocarlos y montar nuestra propia orquesta, después del diálogo compartido posterior al cuentacuentos.

Imagino el momento y siento que será un momento muy alegre, con la motivación de las aventuras compartidas y del final feliz. Un momento de fiesta que a buen seguro hará las delicias de los niños. Creo que, quizá, el viernes por la tarde sería un buen momento para su narración, pues es un día que los niños ya están muy cansados de toda la semana y les vendrá fenomenal disfrutar de esta motivadora experiencia literaria. 

Creo que la preparación del cuentacuentos en la que estoy pensando les hará disfrutar aún más de la experiencia, disfrutando de la narración y de imaginar por ellos mismos a los personajes, la casa, los bandoleros… 

El texto lo cambiaría pues lo expresaría todo con mis palabras. Además, como haré siempre que me dirijo a ellos, eliminaré términos complicados para su edad (como yacija), de manera que el vocabulario sea comprensible para ellos.

Aun así, seguiré fomentando el desarrollo de su vocabulario, que sigue en expansión, introduciendo términos nuevos, por ejemplo, jugando con los sinónimos de ladrones que utiliza la historia: bandidos y bandoleros.

La historia la mantendría en líneas generales como está, porque creo que es fácilmente entendible para ellos. Lo que cambiaría es la parte en la que cada animal cuenta que su dueño quería matarle, ahogarle o cortarle el cuello. Contaría cómo el asno decide irse a Brema a hacer realidad uno de sus sueños y trabajar como músico municipal. En su camino se va encontrando con otros animales que buscan trabajo y les va proponiendo trabajar juntos montando una banda de música.

Sin lugar a duda, jugaría mucho con las onomatopeyas de los cuatro animales, alternándolas en sus intervenciones para que los niños los sientan más cercanos y se diviertan más. Además, reproduciría otros sonidos, como el de los cristales al romper o los golpes de la coz del asno.

A lo largo de la narración estaré muy pendiente de las reacciones de los niños para mantener su interés e introducirles en la historia de mi mano gracias a su imaginación. Para ello, a parte de lo que he comentado, haré cambios de ritmo y, por supuesto, alguna pausa de suspense.

Así, por ejemplo, narraría más despacio y dando intriga la parte en la que cuente cómo se colocan los animales uno encima del otro para entrar en la casa: “El asno se colocó con las patas delanteras sobre la ventana; el perro montó sobre la espalda del asno, el gato trepó sobre el perro, y, finalmente, el gallo se subió de un vuelo sobre la cabeza del gato”, terminando con una breve pausa de suspense antes de continuar.

Un suspense que también daría cuando entra el mensajero de los bandidos de nuevo a la casa, que en esos momentos está en completo silencio…

Al finalizar, tendríamos nuestro momento de diálogo compartido en el que los niños hablan con libertad sobre sus emociones, lo que les ha parecido, los que les recuerda… Como siempre, tendré preparadas algunas preguntas. En este caso podrían ser:

¿Os ha gustado el cuento?
¿Qué es lo que más os ha gustado?
¿Qué les pasaba a los animales?
¿Qué os parece lo que ha ocurrido con la casa?
¿Alguna vez os habéis sentido como los ladrones?
¿Qué habéis aprendido de esta historia?


REFLEXIÓN

Realizar esta actividad me ha requerido mucho tiempo y dedicación. De los distintos tipos de textos folclóricos, los cuentos eran los más desconocidos para mí, habiendo tenido hasta ahora poquísimas ocasiones de un acercamiento a textos realmente folclóricos de calidad. Por ello, he querido leer todos los que he podido, de distintos recopiladores y adaptadores de calidad, dedicando mucho tiempo a su búsqueda y valoración, pensando en su utilización en aulas de infantil.

Al principio me costó mucho, nunca había leído historias con finales tan impactantes. Poco a poco me he ido acostumbrando, aprendiendo a entender su gran valor cultural y cómo trabajarlos en un aula de Infantil, contándolos (no leyéndolos), narrándolos con nuestras propias palabras, realizando las adaptaciones que consideremos según el caso concreto.

Gracias al material que nos brinda esta asignatura, tengo clara la importancia que tiene que como maestros brindemos a nuestros alumnos la oportunidad de vivenciar la literatura de múltiples maneras, además en el caso concreto del folclore, creo que es muy importante continuar con esa tradición ancestral, cercana y mágica de la transmisión oral, manteniendo la esencia de estos textos.

Tenemos que confiar en la inteligencia infantil, que sean pequeños no significa que no sea perfectamente capaces de establecer significados simbólicos por ellos mismos, sin que les demos respuestas, dejándoles tiempo para realizar sus propias reflexiones en libertad, sin condicionarles.

Es fundamental que dejemos que sean los niños los que decidan qué les dice el texto, sin que les expliquemos nada, sin nuestras interpretaciones, sin moralizarles, sin indicarles enseñanzas prácticas.

Personalmente me encuentro muy en línea con lo propuesto por Hidalgo (2008) al proponer integrar actividades curriculares basadas en el folclore, promover la interacción grupal, el aprendizaje a través de la música, los juegos tradicionales, las danzas e instrumentos típicos.


BIBLIOGRAFÍA


  • Asociación Nacional de Editores. “Libros infantiles y edición”
  • Centro de Orientación de Lectura. “Características de los cuentos según la edad y etapa del desarrollo lector”
  • Cubells, F. "Evolución de los intereses del niño en relación con la literatura"
  • Cuentos de Grimm (2018). La reina de las abejas. Obtenido de: https://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/la_reina_de_las_abejas
  • Cuentos de Grimm (2018). Los músicos de Brema. Obtenido de:
    https://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/los_musicos_de_brema
  • Educateach (2018). Canciones infantiles. Al corro de la patata. Obtenido de: https://eduteach.es/canciones/infantiles/08-al-corro-de-la-patata.html
  • Labajo González, I. Universidad La Salle. Apuntes asignatura "Literatura infantil". Grado de Educación Infantil. 2º curso, 2º semestre. Curso 2017-2018.

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