miércoles, 11 de abril de 2018

ACTIVIDAD 3 - LA HORA DEL CUENTO
 
EL ABEJOSO

¡Muy buenas de nuevo!
 
En mi entrada de hoy voy a compartir una interesantísima experiencia que he tenido ocasión de vivir gracias a la propuesta que se nos ha ofrecido en esta tercera actividad, realizar un taller cooperativo de comunicación literaria.
 
El taller estaría distribuido en grupos de tres que iríamos rotando. Para llevarlo a cabo, cada participante debía seleccionar un libro infantil literario o un texto folclórico, así como la estrategia a utilizar, indicando la edad de los niños a la que nos íbamos a dirigir.
 
A continuación, os explicaré cómo he vivido todo el proceso y el porqué de las decisiones que he ido tomando. Como en anteriores entradas, comenzaré con una reflexión inicial y cerraré con mis conclusiones.
 
 
REFLEXIÓN INICIAL: LA IMPORTANCIA DE LA HORA DEL CUENTO
 
La hora del cuento es una maravillosa experiencia para todas las edades, ante todo, fuente de placer y entretenimiento. Una hora mágica que hemos de mantener no sólo en infantil sino mucho más allá, favoreciendo que se mantenga su deseo lector, siendo esencial que no sigamos cometiendo los mismos errores en las primeras propuestas educativas alrededor de la lectura, como bien expone Francesco Tonucci en su artículo “El nacimiento del lector”, como el priorizar saber leer sin importar el adquirir gusto por la lectura, exigir la lectura en alto, el uso de los artificiales libros de lectura que quitan las ganas de leer, el no valorar los gustos personalizados de los niños...
 
Los niños adoran los cuentos y tienen una predisposición innata para escucharlos, hecho que hemos de cuidar al encontrarse fuertemente amenazada en la actualidad por la falta de tiempo y el acelerado ritmo de nuestra sociedad, así como por la habitual exposición de los niños a medios de comunicación, especialmente la televisión, que les acostumbra a recibir continuamente estímulos para mantener su interés.
 
La hora del cuento es un momento íntimo y mágico, que les permite adentrarse en múltiples mundos maravillosos, desarrollando su fantasía y creatividad.
 
Estos momentos le ayudarán a sentir el placer de la lectura, despertando además en ellos el deseo lector. Así mismo, aprender a escuchar les ayudará a comprender la palabra escrita.
 
 
VALORACIÓN DE LAS DISTINTAS ESTRATEGIAS POSIBLES
 
Como en actividades anteriores, tras un primer acercamiento a los contenidos teóricos del bloque y al material adicional, me puse manos a la obra con las elecciones. En primer lugar, como nos proponía la actividad, comencé con la elección de la estrategia, valorando cada una de ellas y cuál realizar: una lectura, una narración con libro o un cuentacuentos.
 
He de decir que me encanta contar cuentos, disfruto muchísimo contando cuentos a mis hijos y en las aulas. Es algo muy especial para mí. Me encanta ver las caras de los niños, sus expresiones, sus reacciones… son imágenes que se quedan grabadas en mi memoria como momentos de inmensa felicidad.
 
En mis experiencias, he ido realizando sin saberlo cada una de las estrategias que ahora conozco con más detalle. Considero que cada una de las tres estrategias planteadas tienen su momento, permitiéndonos trabajar diferentes aspectos, por lo que hemos de ir empleándolas alternativamente escogiéndolas en función del libro y teniendo siempre muy en cuenta las características de los niños en el momento concreto en que nos encontremos.
 
Para realizar la actividad, quería elegir una estrategia que supusiera un reto para mí, por lo que pensé que debía ponerme manos a la obra con la narración con libro, contando el libro con el apoyo de las imágenes, es decir, trabajando la decodificación gráfica icónica, de forma que, en lugar de leer literalmente el texto, debía “contar” las ilustraciones, narrar describiendo, interactuando con los receptores. Algo que hasta ahora no había hecho, realizando normalmente en estos casos lecturas literales con emoción y cierta interactuación.
 
Un reto que se sumaba al reto de contar un cuento a adultos. Lo cual, a diferencia de lo que me ocurre con los niños, me daba muchísima vergüenza…
 
Así mismo, quise realizar la actividad con un cuento no trabajado hasta ahora, para sacar el mayor provecho posible al proceso de aprendizaje ofrecido por la asignatura.
 
 
ELECCIÓN DEL LIBRO
 
Llegado a este punto, antes de concretar cuál de las posibilidades de narración con libro llevar a cabo, pensé que lo mejor era elegir primero el libro, pensando que, quizá, la elección podría venir guiada en función de las características concretas del libro.
 
Tras valorar muchos libros literarios que podían cuadrar fenomenal para una narración con libro, me llamaba especialmente uno que me recomendaron en la librería infantil “El abejoso”. Un libro con preciosas ilustraciones con el que vivenciar las peripecias de unos personajes con los que los niños podrían sentirse fácilmente identificados, al abordar situaciones familiares para ellos, introduciendo además la emoción de la intriga y la alegría de un final feliz.
 

Después de leerlo varias veces y contárselo a mis hijos de 2 y 8 años, tenía claro que proporcionaba una preciosa experiencia a los niños, ¡les encantaba! ¡disfrutaban muchísimo! Los dos se quedaban boquiabiertos, sin perder detalle, disfrutando de cada imagen, de cada detalle, de cada palabra… de hecho, ¡nos encantaba a todos! Sin embargo, no tenía muy claro si era una buena elección en cuanto a libro literario por lo que, tras darle muchas vueltas, decidí consultarlo con Irune, de manera que pude seguir adelante segura de mi elección. 
 
 
 
EDAD A LA QUE DIRIGIR LA ACTIVIDAD
 
Como me sucede habitualmente y he podido comprobar a través de la experiencia con mis hijos, creo que podría trabajarlo en distintas aulas, eso sí, de distintas maneras, siendo finalmente las características concretas de los niños del aula la que nos irán guiando el día de mañana.
 
Repasando todo lo visto en el primer bloque y valorando el libro en cuestión según las características de los niños, creo que la edad/curso para el que es más adecuado es 5-6 años, es decir, el tercer curso del segundo ciclo de Educación Infantil.
 
La narrativa propuesta por el libro está en línea con las características de la etapa animista, utilizando un lenguaje simple, con recursos sencillos, como la repetición y el juego de palabras, así como onomatopeyas, utilizando en todo momento un vocabulario adecuado, claro y comprensible para niños de 5-6 años. Así mismo, les propone una serie de personajes con cuyas emociones y vivencias se pueden sentir fácilmente identificados.
 
Como he comentado en otras entradas y en línea con las características de la etapa animista en la que nos encontramos, considero que el formato libro ilustrado con interrelación de código ilustraciones-texto en una unidad sígnica y conceptual es muy apropiado para niños de estas edades, resultando muy sugerente para niños de 5-6 años un libro como éste, con cuidadas y divertidas ilustraciones y poco texto, sugiriendo a los niños a través de las imágenes y las aventuras descritas.
 
A esta edad, los niños dan progresivamente más importancia al contenido del libro, por lo que creo muy adecuado un libro como éste, cuya dinámica, trama y aventuras despierta el interés de los niños. Considerando, además, que esto es de gran valor en niños de este curso, quienes ya se están acercando a la lectoescritura y hemos de cuidar con detalle su deseo lector, su gusto por la lectura en sí misma.
 
Así mismo, considero que los niños de 5-6 años serán capaces de seguir la trama de este libro y entenderla, pudiéndose identificar con las vivencias y sentimientos de los personajes, tanto a nivel individual como en sus relaciones con otros, muy presente ya en estas edades. Puntos, que como he podido comprobar, no sucede en niños más pequeños, que si bien es cierto disfrutan mucho con el libro y su narración, lo hacen a otro nivel, disfrutando de las ilustraciones y de los personajes, todavía sin entender el fondo. 
 
Un libro motivador para niños de esta edad también por el hecho de contar con un desenlace feliz.
 
En resumen, considero que tanto el formato del libro como el contenido es apropiado para niños de dicha edad, niños en el estadio preoperacional (2 a 7 años) descrito por Piaget, concretamente en el subestadio del pensamiento intuitivo y preconceptual (que va aproximadamente desde los 4 a los 7 años), época entre otras cosas de las pesadillas y los terrores nocturnos fruto del realismo, que podemos abordar y ayudar a encauzar a través de las experiencias de los personajes de los cuentos con los que se identifican. Además, a esta edad, gracias a su experiencia y recorrido en la función simbólica, pueden abarcar simultáneamente varios acontecimientos y situaciones, lo que les ayuda a seguir y entender el hilo del libro.
 
 
SELECCIÓN DE LA MODALIDAD DE NARRACIÓN CON LIBRO
 
Valorando toda la información que tenía ya en este punto, pasé a concretar qué modalidad de narración con libro llevar a cabo.
 
La opción de proyecciones ampliadas me parecía una alternativa espectacular, que ha de ofrecer vivencias increíbles, sin embargo, la descarté por considerar difícil llevarla a la práctica en la universidad. Es una opción que sin duda desarrollaré en el aula, pero una vez conocido el grupo y habiendo realizado otro tipo de narraciones previamente que nos permitiesen vernos mutuamente mientras voy contando el libro.
 
Teniendo claro ese punto de partida, inicialmente quise usar ampliaciones a color en A3, plastificándolas para mayor durabilidad, e incluyendo una imagen por detrás en cada una, para poder ir realizando la narración de manera que los niños viesen en todo momento la imagen ampliada. Un material que podría reutilizar el día de mañana en el aula.
 
Sin duda esta modalidad me resulta muy atractiva para los niños, ya que pueden ver las ilustraciones con más detalle y centrarse en la página que estamos narrando (punto que en esta obra me parecía interesante pues, tras leerla varias veces y contársela a mis hijos, pude confirmar que había algunas dobles páginas en las que la atención se les iba hacia una parte que todavía no estábamos narrando, comprometiendo la realización de pausas para crear misterio o interactuar)
 
Al no disponer de medios técnicos actualmente en casa para poder realizarlo, pedí presupuesto en imprentas y he ahí mi primera sorpresa, ¡el coste se dispara! la plastificación de cada página 2€ y las ampliaciones de todas las páginas que van a toda imagen costaban más de 1€ cada una. Tras valorarlo detenidamente, pensé que debía plantear el supuesto como si estuviese en una escuela, con un presupuesto que mimar y exprimir al máximo. Por lo que valoré otras opciones.
 
La primera fue la opción de ampliaciones sobre cartulina, que aunque seguía siendo caro por las características de las imágenes de este libro, era más económico que la plastificación, pero entonces me surgía otra cuestión que hasta entonces no había valorado en profundidad… muchas páginas del libro son dobles páginas, es decir, tienen sentido viendo ambas a la vez, por lo que, si hacía las ampliaciones, unas páginas serían más grandes que otras… no me terminaba de convencer…
 
Así que, decidí buscar una alternativa que fuese económicamente sostenible y que a su vez me permitiese ir narrando la historia centrando la atención de los niños en las imágenes en cuestión, así como hacer algunas pausas para crear misterio o para interactuar con los niños sin avanzar lo que iba a pasar. De esta manera, además, ponía en práctica algo que creo han de hacer mucho las maestras, especialmente en infantil.
 
Mi elección fue mostrar directamente el libro, pues dado su tamaño y el tipo de ilustraciones, si los niños estaban sentados en la alfombra y yo en una silla, podrían ir todos viendo bien las imágenes. Recorté varias cartulinas blancas al tamaño de las páginas del libro, poniéndolas con celo muy suave (que no deja señal al retirarlo) sobre las páginas que, como comentaba más arriba, había percibido distraían a los niños en el hilo de la narración o bien en aquellos puntos donde quería hacer pausa sin avanzar nada más. De esta manera, sentía que la modalidad elegida era una muy buena opción para realizar la narración en el aula.
 

CÓMO HE PREPARADO Y ENSAYADO LA NARRACIÓN
 
Una vez tomadas todas las decisiones comentadas, volví a leer varias veces el libro, concretando en qué puntos quería hacer paradas que necesitasen poner las cartulinas comentadas.
 
Una vez puestas, preparé con más detalle la narración que había ido ideando, identificando qué decir en cada ilustración que favoreciese la decodificación gráfica, qué describir con mis palabras y cómo para asegurarme de que se fijasen en los personajes principales, los detalles, los movimientos… de forma que fuese “contándoles” las ilustraciones.
 
A su vez, fui concretando cómo ir interactuando con ellos a lo largo de toda la narración, qué pausas realizar para crear misterio, cuáles para interactuar haciéndoles preguntas que ayudasen a mantenerse atención, a comprobar su nivel de comprensión, a dirigir su atención a un personaje, asentar vocabulario...
 
Mientras iba tomando estas decisiones, iba ensayándolas, tanto en silencio como en alto, ayudándome así a ir concretando mi planificación. Así mismo, fui apoyándome en las narraciones que les iba haciendo a mis hijos, observándoles y teniendo en cuenta sus reacciones para terminar de perfilar mi narración.
 
Tras varios ensayos, sola y ante los niños, tuve claro el detalle de mi estrategia, así como la fórmula para empezar y acabar que comentaré más adelante.
 
 
CÓMO LLEVARÍA A CABO LA NARRACIÓN DELANTE DE LOS NIÑOS
 
Delante de los niños llevaría a cabo la narración siguiendo la misma línea que en el taller cooperativo.
 
Ellos estarían sentados en la alfombra y yo sentada en una silla para que todos pudiesen ir viendo las ilustraciones que iba narrando, asegurándome de que así fuese.
 
Para introducir la hora del cuento, tendría una dinámica concreta que siempre repetiría, de forma que todos sepan qué va a pasar. En este caso, se me ocurrió que podría jugar con la magia, haciendo referencia a la magia de los cuentos y la lectura, así como aprovechando la intriga que la magia suele despertar en los niños. De esta manera, en el aula tendría una chistera alegre y llamativa, una varita mágica y una capa, realizados por mí aprovechando materiales. Ponerme la chistera sería símbolo de comienzo de la hora de un cuento.
 
Para presentarlo, le daría emoción y buscaría la participación de los niños, procurando generar su interés. Lo tendría bajo la capa y pronunciaría la palabras de mi fórmula ideada para empezar “Abracadabra pata de cabra, que levante la capa y un libro haya”. Intentaría levantar la capa, pero fingiría que no puedo, pidiéndoles a todos que me ayuden a soplar para que con su ayuda la capa se levante y ver qué pasa.
 
La narración en sí la realizaría con una entonación general suave, apetecible, que invite a escuchar, hablando despacio y claro, pero jugando con el cambio de entonación y de ritmo cuando la historia lo requiera para darle mayor expresividad y emoción. Una narración que irá acompañada por la expresividad de mi cuerpo que, inmerso en la historia, va viviéndola y relatándola también a través de mis gestos, especialmente de la cara en este caso, por el tipo de estrategia.
 
Como indicaba previamente, iría contando las ilustraciones, siguiendo las pautas preparadas con anterioridad en mis ensayos: describiendo los decorados, personajes, gestos, movimientos, detalles de interés… de forma que me asegurase de que se fijan en ellos.
 
 
Así, por ejemplo, en esta doble página describiría la escuela de las abejas, en la que dos abejas estaban pintando, otra se estaba columpiando, otras jugaban a saltar la cuerda, otra iba en patinete… asegurándome de que se fijen en personajes importantes. Así, a la vez que lo anterior, les diría que Amelia, una abeja con gafas de color rojo, leía un libro… Entonces, apareció volando la abeja reina, con su corona azul, para decirles que hoy había llegado una alumna nueva. A parte de la descripción, aprovecharía este momento para interactuar, preguntándoles dónde está la abeja reina.
 
En esa misma línea, a lo largo de la narración mantendría una interactuación continua con los niños que me permita comprobar su nivel de comprensión, asentar vocabulario, mantener su atención, encauzar su atención hacia un personaje o acción…
 
De esta manera, algunas de las interactuaciones previstas serían breves paradas en las que les haría las siguientes preguntas:

- Tras la primera página en la que les presento a Norman, un oso marrón al que le gustaba muchísimo la miel. Tanto, tanto, tanto que se ponía muy triste cuando se le acababa. Les preguntaría si saben qué animal es el que hace la miel.

- En la doble página en la que se ve a Norman disfrazado por primera vez y a las abejitas sorprendidas con la boca abierta, les preguntaría si saben por qué se sorprenden las abejas al ver a Norman. 

- En la doble página del primer día de escuela de Norman, al mencionar la clase de zumbidos, les preguntaría si saben cómo suenan los zumbidos que hacen las abejas, haciéndolo todos juntos.
 
- En la doble página en la que Norman no se puede contener ante la prueba y se abalanza sobre la miel, les preguntaría qué creen que va a pasar, de forma que hagan conjeturas sobre el posible desenlace de tal situación.  


Entre estas paradas, haría una pausa misteriosa, ayudada por una de las cartulinas blancas que mencionaba previamente, justo antes de aquella noche en la que que apareció un gran oso en busca de su miel, comenzando a narrar unos segundos antes de pasar la página “Aquella misma noche, las abejas escucharon cómo se rompían algunas ramas ¡crash! ¡crash!... y justo entonces…”


A lo largo de toda la narración, estaría muy pendiente de las reacciones de los niños, observándoles para ir adaptándome a las circunstancias y para tener en cuenta estas experiencias de cara a próximas ocasiones.
 
Acabada la narración, utilizaría la fórmula final que a día de hoy más me gusta “y colorín, colorado, este cuento se ha acabado y colorín, colorete, por la chimenea salió un cohete” (haciendo todos la preparación de la salida dándonos palmadas sobre nuestras piernas alternando ambas manos, para pasar a hacer un ruido con la boca mientras se mueve la mano delante, hasta que el precioso y enorme cohete sale hacia arriba -mientras suena un “boom”- simulado por nuestras manos que van subiendo al principio unidas y separándose poco a poco mientras suben hasta quedar los brazos muy estirados y abiertos.
 
Tras la narración tendríamos nuestro habitual momento de diálogo compartido, en el que todos puedan expresarse, compartir sus experiencias y vivencias, abordar sus emociones, expresarlas y compartirlas. Un momento en el que observaría las reacciones de unos y otros, su participación, nivel de comprensión de elementos esenciales, interés, reacciones, evocaciones, sensaciones... Para guiarlo, tendré preparadas una serie de preguntas que iré planteando en función de cómo se dé dicho diálogo:
- ¿Os ha gustado el cuento? ¿Por qué?
- ¿Os ha recordado a algo?
- ¿Cómo os habéis sentido?
- ¿Os ha gustado el final?
 
Finalmente, tras este maravilloso momento alrededor de la hora del cuento, dejaría el libro en el Rincón de lectura a disposición de los niños, para que puedan seguir disfrutando todo lo vivido, e incluso ir más allá, remirándo las ilustraciones con más calma y detalle.
 

CÓMO FUE MI EXPERIENCIA EN EL TALLER COOPERATIVO
COMENTARIOS E IMPRESIONES DE MIS COMPAÑERAS
 
Como comentaba al inicio, realizar una narración con libro (es decir, no literal) y, además, sólo ante adultos, era todo un reto para mí. Pensaba que iba a estar súper nerviosa, que me sentiría avergonzada y valorada, pero nada más lejos de la realidad. Me sentí súper cómoda, nada nerviosa. El disfrute del momento pudo con todo lo demás, llevando a cabo la narración prácticamente igual que si delante tuviese un aula llena de niños.
 
A mis compañeras les gustó mucho la idea de preparar la hora del cuento con una acción habitual como describía más arriba, pareciéndoles muy atractiva y apropiada.
 
A lo largo de la narración, me resultó muy gratificante comprobar su interés y atención, de hecho, estábamos tan metidas las cuatro en la historia, que ni ellas se habían dado cuenta de que mi tono de voz se había elevado…
 
Sus comentarios al finalizar la actividad fueron muy positivos. Fue muy satisfactorio saber que les había encantado la narración, que se habían sentido completamente sumergidas en la historia, deseando saber qué iba a pasar. Valoraron mucho mi entonación y expresividad, así como las paradas de misterio y la interactuación, considerando que la idea de las cartulinas blancas era muy apropiada y eficaz.
 
 
AUTOEVALUACIÓN DEL DESARROLLO DEL TALLER
 
Valoro mi participación en el taller como muy exitosa. Como comentaba en el apartado anterior, fui capaz de desenvolverme con soltura y tranquilidad, desarrollando la actividad planificada según lo previsto, sin que nada se quedase en el tintero.
 
Me metí de lleno en la narración, disfrutando del momento y haciendo disfrutar a los receptores, como pude comprobar a lo largo de la actividad observando sus caras y reacciones, así como en sus posteriores comentarios, que denotaban sinceridad y emoción por el momento vivido.
 
Así mismo, comprobé cómo las decisiones tomadas a lo largo de la preparación y ensayos previos fueron acertadas, consiguiendo los objetivos buscados con el modo de introducir el libro, las pausas, las preguntas, las modulaciones de tono, los cambios de ritmo, las cartulinas blancas estratégicamente colocadas...
 
Todo el trabajo realizado, sin duda, mereció la pena, quedando patente el valor de preparar con antelación, mimo y detalle la hora del cuento.
 

CONCLUSIÓN
 
Como he ido comentando en la entrada, me encanta contar cuentos. De hecho, no sólo contarlos, sino también disfrutar de las narraciones de otras personas. He tenido ocasión de experimentarlo en distintas circunstancias, tanto en cuentacuentos como en casa, escuchando las narraciones de mi marido, así como en las prácticas en escuelas. Me encanta vivirlo como un niño más, a su lado, a su altura, despejando mi mente y dejándome llevar y sentir. Personalmente lo disfruto muchísimo, además, creo que me ayuda a mejorar mis propias narraciones.
 
Considero que es muy importante ver con ojos de niños y, por supuesto, observarles. Estar muy atentos a ellos también cuando estamos en la hora del cuento, confirmando sus gustos, sus intereses, fijándonos en sus reacciones… En mi experiencia, tanto en casa como en las prácticas, me ha ayudado mucho mantener esa actitud observadora, tanto a seleccionar las obras, como a realizar las narraciones, identificando qué estrategia era mejor en cada momento y el ritmo que debía seguir ese día concreto, en ese momento concreto.
 
La experiencia del taller cooperativo ha sido súper positiva para mí. A través de su preparación he podido confirmar cómo la elección del libro, así como de la estrategia que utilizaremos ha de ser concienzuda, basándonos en los niños, sus gustos y el momento evolutivo en el que se encuentran, debiendo preparar y ensayar el momento con anterioridad.
 
La hora del cuento es muy importante para los niños, de todas las edades, como mencionaba previamente. Un momento maravilloso en peligro de extinción que como maestras hemos de mimar al máximo. Nuestro papel el día de mañana será sin duda fundamental, debiendo ante todo involucrarnos de manera afectiva, generando un ambiente cálido de comunicación especial como nos explica Irene Vasco en su artículo ¨Leer sin saber leer¨, resultando esencial que nosotros los maestros seamos los primeros apasionados con la lectura, como enfatiza Francesco Tonucci en “El nacimiento del lector”
 
 
BIBLIOGRAFÍA
 
- Labajo González, I. Universidad La Salle. Apuntes asignatura "Literatura infantil". Grado de Educación Infantil. 2º curso, 2º semestre. Curso 2017-2018.

-Tonucci, F. “El nacimiento del lector”

-Vasco, I. “Leer sin saber leer”

- Kerguéno, J. "Ayudar al niño a convertirse en lector"

- Centro de Orientación de Lectura. “Características de los cuentos según la edad y etapa del desarrollo lector”

- Asociación Nacional de Editores. “Libros infantiles y edición”

- Cubells, F. "Evolución de los intereses del niño en relación con la literatura"

- Muñoz Palacios, P. Universidad La Salle. Apuntes asignatura “Desarrollo Cognitivo y Lingüístico”. Grado de Educación Infantil. 1er curso, 2º semestre. Curso 2016-2017.

- Ángeles Ruiz de Velasco Gálvez. Universidad La Salle. Apuntes asignatura "Desarrollo Emocional". Grado de Educación Infantil. 1er curso, 1er semestre. Curso 2016-2017.